miércoles, 28 de septiembre de 2011

El Islam (I): Introducción.


Actualmente, el Islam es la religión monoteísta a nivel mundial con una mayor número de fieles y con mayores expectativas de crecimiento y expansión en el futuro (poco más de mil millones de personas). Su influencia es clara en la zona de Oriente Próximo y Medio, aparte de la mayor parte del continente africano, mientras comparte la hegemonía en Asia junto a las religiones tradicionales de allí. En el caso de Europa y Estados Unidos, el peso de la comunidad islámica es creciente, sobre todo en el caso europeo. Países como Francia o Inglaterra son una muestra de naciones dentro de las cuales la población musulmana dispone de un alto porcentaje de influencia dentro de las minorías religiosas del lugar. Sólo América del Sur parece ser aún un baluarte mayoritariamente cristiano en el cual el Islam no ha penetrado aún.

Sin embargo, el origen del Islam no coincide con la exuberancia actual. Hace más de mil cuatro cientos años, la Península Arábiga era un inmenso desierto en el que la vida humana era prácticamente imposible, si exceptuamos las caravanas de beduinos que la atravesaban transportando mercancías de un rincón a otro de Arabia. Al sur, en la actual Yemen, se encontraba una franja exigua de territorio cuyas condiciones climáticas y geográficas más benignas habían permitido un desarrollo urbano que para nada era compartido en otras regiones, como el oeste, donde sólo ciudades de paso como La Meca o Yatrib destacaban.

En el caso del Islam, encontramos más allá de cualquier consideración histórica que queramos hacer, un ejemplo muy rico en cuanto a las relaciones entre el ser humano y el medio físico en el que se desarrolla su actividad. En el Sur, el nivel de vida mayor respecto a la realidad general imperante en Arabia se debía a la participación del comercio marítimo en el Índico y el aprovechamiento de las costas yemeníes mediante la creación de puertos de escala desde África hacia Asia y viceversa. Todo ello trajo consigo el desarrollo social, económico y cultural conocido en el sur de la península Arábiga. Mientras, en el caso del desierto interior, solamente las estribaciones del Oeste permitían la creación de ciertos nodos de comunicaciones como La Meca o Medina, que en realidad, podríamos considerar como algo precarias, ya que los beduinos de costumbres nómadas se mezclaban con la población sedentaria allí presente. Los beduinos procedían del desierto y se organizaban en tribus compuestas aproximadamente por tres mil individuos relacionados por clientelismo (mawla) y aglutinados por vínculos de solidaridad familiar que garantizaban la cohesión de la tribu. Daos cuenta de que el mundo del desierto era y es hoy día hostil y muy duro. Las batallas entre tribus, la dureza de los enfrentamientos, la exaltación de los guerreros en la sociedad y el rigor de las leyes de aquellos nómadas del desierto procedían de las dificultades que semejante hábitat, escaso en recursos, entrañaba para sus pobladores. Por tanto, haceros a la idea de que en la península Arábiga alrededor del siglo VII d.C, había un fuerte contraste entre poblaciones según la región  que habitasen y sus recursos.

Es por tanto, que el Islam, como religión, en su base doctrinaria, presenta rasgos de rigor, austeridad y solidaridad de la comunidad como consecuencia de aquellos tiempos. Os pondré ejemplos.

-Rigor: es conocido por todos el hecho de la dureza de las leyes islámicas hoy día. Sus raíces, tamizadas por las enseñanzas del Profeta, las encontramos en la legislación consuetudinaria (costumbres) de los beduinos, en la que "el ojo por ojo" destacaba con claridad.
-Austeridad: la austeridad en la misma presentación del Libro Sagrado (Corán), las recomendaciones sobre la suntuosidad y el lujo, la renuncia a los bienes materiales en pos de la eternidad en el Paraíso... perseguían un principio sociológico con precedentes ya en otras sociedades históricas. En grupos sociales reducidos y con recursos escasos a su disposición, las tensiones sociales son habituales y se acrecientan con demostraciones de riqueza y lujo por parte de unos pocos que contrastan con la de una mayoría empobrecida. Mahoma, conocedor de ello (era beduino), gestionó la palabra de Dios precisamente para llevar paz social a la Arabia de su tiempo. Y esto, a la postre, sería la base para la cohesión que daría como fruto la rápida expansión de sus enseñanzas por el orbe.
-Solidaridad: el sentimiento de pertenecer a la Comunidad Islámica (UMMA) entronca con la escasez de recursos y la necesidad de auxilio de unos miembros a otros para sobrevivir en la dura Arabia del siglo VII d.C. No pertenecer a una familia no era algo normal ni lógico, y era considerado una desgracia, pues sin familia, un individuo era imposible que lograse sobrevivir por sí solo en un ambiente tan contrario a la vida como el desierto. Estos vínculos de ayuda y auxilio fueron decisivos para la unidad del Islam en sus primeros tiempos, aunque con el pasar de los siglos, se viera alterada por las intrigas palaciegas de las grandes familias.





2 comentarios:

Pedro de Mingo dijo...
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Antonio Miguel Martín Ponce. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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