martes, 12 de octubre de 2010

El Concepto de España (I)

España es una de las naciones más antiguas de Europa y posiblemente se encuentre dentro de esa misma categoría a nivel mundial. Esta afirmación, muy extendida, es errónea.

La nación española no es tan antigua como se pretende. La nación española aparece en 1812, con la promulgación de la primera constitución en Cádiz, ya que gracias a esta Ley Fundamental, se crearon las bases de España como Estado y Nación modernos. Es por esto que no debemos buscar en épocas previas antecedentes de una nación española. Sería un contrasentido histórico, ya que nuestro concepto de nación, el que se desarrolló durante el siglo XIX y XX, arranca desde las convicciones morales y legales procedentes desde la Ilustración, en base a principios clave como la soberanía nacional y la división de poder, y la Revolución Francesa, como "Los derechos del Hombre y el Ciudadano", recopilación legal de derechos y deberes de los ciudadanos que conformaban una nación y no como súbditos que formaban parte de un reino. Si queremos hablar de una España Imperial, o de la España Medieval, tendremos que tener muy en cuenta que no hablamos de una nación, sino de un reino, que ya fuese más unificado o descentralizado, siempre dispuso de un protagonismo histórico indudable.

Hecha esta necesaria aclaración, me dispongo a haceros un breve retrato de cómo ha sido en líneas generales la evolución de España hasta ser nación en 1812. En tiempos antiguos, la conformación de un Estado con instituciones y administración plenamente funcionales, lo encontraremos en la dominación romana, que entre sus muchos parabienes por todos conocidos, trajo a nuestras tierras la noción de Estado.Al amparo de Roma, se levantaron infraestructuras que contribuyeron a asentar las primeras vías de comunicación de larga distancia en la Península, como la Vía Hercúlea o la Vía de la Plata, se crearon redes de suministro y abastecimiento de agua (acueductos) y se fundaron ciudades o se reformaron otras antiguas procedentes de las sociedades prerromanas. Todo esto, aunado a la implantación de una Administración centralizada y un cuerpo legal claro, dieron lugar a la configuración no de España, pero sí de las provincias que se encontraban en su solar, es decir, provincias como Baética, Gallaecia, Tarraconense...La caída del Imperio Romano y la entrada de los pueblos germánicos haría posible la llegada de los visigodos, quienes traían consigo una cultura rudimentaria y básica, que les hizo ver la necesidad de mantener como se pudiese las viejas instituciones romanas. Sin embargo, la inestabilidad de la corona visigoda y las prematuras muertes de sus reyes a causa de intrigas y mortales disensiones internas propias de jefes tribales, condujeron a que el concepto de un reino unificado, al menos territorialmente, que había logrado Leovigildo con la expulsión de los bizantinos y la dominación de otros pueblos como los suevos fuese al traste.

Los siglos medievales trajeron a España una dicotomía que a la postre y con el tiempo, en el pasado siglo XX, dieron lugar a fuertes polémicas. De un lado, el maestro don Claudio Sánchez Albornoz, que en su parecer, la "esencia" del pueblo español iba ligada a los devenires históricos de los reinos cristianos, mientras que para el filólogo Américo Castro, los invasores musulmanes eran también españoles y que por tanto, la cultura mixta hispanoárabe era un producto tan español como cualquier otro. Ni que decir tiene que las teorías de Castro hoy en día tienen un amplio apoyo institucional y político, pero históricamente, las bases de sus teorías aún son fuertemente contestadas y discutibles.

Lo cierto y verdad es que en los reinos cristianos peninsulares la entrada del Islam y la invasión habían sido motivo para que una vez consolidada su posición de resistencia, se desarrollase el "Ideal de Restauración Neogótico", consistente en la recuperación de España. Ese ideal vertebrará la Reconquista, que supuso no sólo reconquistar las tierras perdidas, sino una Repoblación fundamental de los territorios y la restauración de la cultura cristiana, aun con las mixturas culturales propias de la época (caso del arte mudéjar). Os llamo la atención sobre este aspecto, porque va a explicar el devenir histórico de España en los siglos venideros.

Durante casi ocho siglos, los Reinos Cristianos percibieron la vida como una constante situación de peligro. La guerra era una forma de vida, la lucha y la conquistar un medio económico y eso aunado a la Fe Católica, configuraron en España un sentimiento de cruzada que será el que empuje a los reinos peninsulares, en mayor o menor medida, al avance territorial. Siento decir esto, pues puede lesionar sentimientos nacionalistas, pero todas los reinos peninsulares desarrollaron esto que digo, y si necesitáis ejemplos, no tendríamos más que referirnos a los almogávares de la Corona de Aragón que se buscaban la vida como mercenarios más allá de las fronteras de su reino cuando éste concluyó la reconquista.

Así las cosas, los Reyes Católicos supusieron la primera unidad de España.¿Cierto? No. La unificación de las Coronas castellana y aragonesa no fue en ningún momento territorial. De hecho, las distintas partes que configuraban España en aquellos tiempos disponían de leyes, lenguas, monedas y usos diferentes entre sí. El poder de los Emperadores como Carlos I o Felipe II muchas veces se encontró con problemas derivados de lo anterior. Por todos es sabido como Carlos I tuvo que ir pidiendo servicios a las diferentes Cortes peninsulares y en concreto, trasladarse durante un tiempo a Barcelona para conseguir la finanación que buscaba para su sueño de ser coronado Emperador. O así mismo, la realidad del caso Antonio Pérez y Felipe II. Sin embargo, esto no quiere decir que fuera un Estado Federal, ni mucho menos. En primer lugar, porque este concepto no existía en aquellos tiempos, y en segundo, porque aún así las cosas, España contaba con un ejército permanente unificado (tercios), una diplomacia exterior sólida y un indudable poderío económico.

Los siglos XVI y XVII fueron los años del Imperio Español y de su poderío hegemónico. Evidentemente, la controversia despierta en este punto. Podemos encontrar a defensores de los derechos de los indígenas, revisionistas de la historia de los pueblos precolombinos, seguidores de la Leyenda Negra, hagiógrafos franquistas, nostálgicos confundidos, furibundos enemigos de la explotación esclavista capitalista mercantilista, revisionistas marxistas... es decir, algo muy humano: discutir por todo y de todo. Sin embargo, esto es demasiado extenso y lo trataré con más profundidad en un próximo artículo.

Permitidme sin embargo, un pequeño inciso aquí al final del artículo. Hoy leí en la prensa digital que al Presidente de la Generalitat se le ha acusado de ser cómplice del genocidio en América por ir a los fastos celebrados en Madrid. A mí me resulta algo cómico leer semejante barbaridad, pero ojo, no referido a la cuestión de Indias, muy espinoso, sino porque deberíamos recordar a determinada opción política de Cataluña que gran parte de las riquezas acumuladas por la burguesía catalana madre del catalanismo se originó en el comercio con Indias. No en vano, el tejido conocido como indiano, procedente de las islas del Caribe y manufacturado en las industrias textiles cercanas a Barcelona, fue el principal vehículo de desarrollo técnico e industrial en definitiva.

Os dejo este simpático vídeo de los geniales actores de Mundoficción.

2 comentarios:

Juan Melenchón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Antonio Miguel Martín Ponce. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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