jueves, 22 de octubre de 2009

La Revolución Francesa: reflexiones (I).


Hay muchas teorías históricas que a lo largo de los años se han lanzado para explicar la Revolución Francesa. Las hay de muy variado corte ideológico, desde la de Chateubriand a principios de siglo XIX, que pensaba que el hecho de la revolución había sido instigado por la burguesía para destruir el régimen nobiliario engañando al pueblo llano que, según él, no vivía tan mal, hasta las ideas de historiadores marxistas que buscaban paralelismos entre la Revolución Francesa y la Revolución Rusa, que tuvo su éxito en Octubre de 1914.

La cuestión no es discenir cuál de estas teorías es la correcta o no. Lo que debe importarnos a nosotros es el hecho de que la Revolución Francesa es un cambio violento que se compone a su vez de multitud de pequeños acontecimientos políticos, sociales e ideológicos que tuvieron lugar en un período de tiempo especialmente corto. Podríais pensar que quizás, unos 6 años no es un período corto, pero en Historia, seis años apenas son media hora de tiempo. Es necesario por tanto que nos quedemos bien con la idea de lo que es una Revolución, pues la historia del siglo XIX no va a ser más la lucha entre la Revolución y la Reacción, entre los defensores del régimen liberal y su implantación en las sociedades europeas contra los que deseaban mantener un modelo de vida enrraizado en tiempos pasados. Además, sin la Revolución Francesa, hoy día serían imposibles algunas cosas como las siguientes:

a) División de poderes: Hoy en día, es normal que el Gobierno tenga el poder ejecutivo (cumplir las leyes), pero no dispone del judicial ni del legislativo (al menos, en teoría).
b) Soberanía nacional-popular: La capacidad de que parte de la sociedad o toda la sociedad sea la depositaria del poder y que los gobernantes tienen el poder simplemente como algo derivado de un contrato entre gobernantes y gobernados.
c) Sufragio: el derecho a voto, en sus vertientes censitaria o restringida o universal, es algo incuestionable hoy día, en la que nuestros comicios electorales se basan en la igualdad al ejercicio del derecho a voto.
d) Constitución: La Ley suprema de la cual emanan todas las leyes de un Estado y que se encuentra por encima de cualquier otro cargo o ley. Este principio hasta el triunfo de la Revolución Francesa no era algo demasiado claro, de hecho, Luis XVI se negó a aceptar la Constitución de 1791, la primera constitución moderna europea.
e) Ciudadanos: la población en el Antiguo Régimen eran súbditos, sin derecho y con todos los deberes, sometidos al poder del Rey que tenía control en todos los aspectos de sus vidas. Ahora, con el reconocimiento de " Carta de los Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano" allá por el 26 de Agosto de 1789, el concepto de ciudadano que hoy en día disponemos vio la luz.

Es evidente que muchos de estos conceptos tuvieron que madurar con el paso del tiempo, y transformarse tras muchos años e incluso siglos para llegar a la consideración actual que tenemos de ellos. No podemos caer en la idea de que con la Revolución Francesa todo cambió como por arte de magia. De hecho, gran parte de sus éxitos no llegaron a consolidarse hasta fines del siglo XIX o principios del siglo XX (caso de Rusia, con muchísimos matices y excepciones).

Lo que destaca del carácter francés de esta revolución es su carácter de combate contra la monarquía absoluta en la nación que precisamente fue la madre de esta nueva forma de gobierno político. Y otro aspecto fundamental es observar cómo en muy poco tiempo, se pasaba de una monarquía absoluta a una monarquía constitucional, en un período de tiempo más corto aún se pasó a la creación de una República de diferente signo político (moderado en tiempos girondinos y exaltado en el de los jacobinos), y luego, a diferentes formas de gobierno más oligárquicas, primero de cinco miembros (Directorio) y después de tres miembros (Consulado), para finalizar en un Imperio de una sola persona: Napoleón. Esto podría darnos a pensar que quizás, todo el proceso revolucionario francés cambió todo para en esencia, acabar de una forma parecida a como empezó. Me explico. Se parte de una monarquía absoluta cortesana con la nobleza alabando y girando en torno al rey, para acabar en un Imperio donde el Emperador tiene un poder absoluto basándose en un nuevo Código de Leyes y una nueva filosofía política,que finalmente, no es más que un poder absoluto.

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