viernes, 14 de noviembre de 2008

El Arte Románico (II). La Biblia de Piedra.

Uno de los padres de la Iglesia, y fundamental en la consolidación y prestigio de la Iglesia Católica de Roma en los tiempos medievales, San Gregorio Magno, dejó prescrito que era necesario que los creyentes, a falta de saber leer, pudieran conocer los Hechos Sagrados mediante la visión de escenas, mediante el arte. Esta función didáctica y utilitaria del arte, será la clave para explicar la enorme trascendencia que van a tener los relieves y las pinturas absidiales en la iconografía y la iconología románicas. Es por esto que San Gregorio acuñó la expresión "Biblias de Piedra".

El Arte románico se basa principalmente en ser fuertemente visual y religioso, mediante el empleo de un lenguaje plástico y simbólico que llegue rápidamente al espectador y que sin muchas complicaciones, le haga entender los pasajes más relevante de la Biblia.

No me adentraré en analizar las características artísticas propias de la escultura románica (geometrismo, falta de naturalismo, composiciones simples, con falta de proporcionalidad y por supuesto, una entrega por completa a la interpretación del hecho artístico que a la representación), sino más bien, a cómo esta disciplina artística cumple un valor social. Fijémosnos en este detalle de un relieve del Monasterio de Silos en Burgos. Representa el momento en que Santo Tomás necesita para creer introducir sus dedos en la llaga de Jesucristo. Lo importante no es la plasticidad de la composición, sino el mensaje que llega al fiel: el valor de la Fe.

Observemos otro mensaje importante para el fiel al introducirse en el suelo sagrado de la Iglesia por medio de un pórtico. En este caso, el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela. En el tímpano, Dios, encerrado en su mandorla mística de perfección, es rodeado por el Tetramorfos (San Juan, el Águila; San Lucas, el toro; San Marcos, el León y San Mateos el Hombre). Un Dios que imparte con su mano derecha sobre el fiel que cruza bajo el dintel, custodiado en la primera arquivolta por los 24 Doctores del Apocalipsis. Así mismo, el parteluz aparece con una representación del Apóstol, y en las jambas, podríamos afinar y apreciar los primeros intentos góticos escultóricos en la finura, gracia y naturalismo de algunas de sus figuras. Fijaos en la gran cantidad de información que se puede apreciar simplemente en un tímpano de la puerta de una Iglesia. La razón: hacer llegar a las gentes iletradas del Medievo el mensaje de Dios. Como nota anecdótica, deciros que los Doctores del Apocalipsis llevan en las manos instrumentos musicales que diversos grupos de musicólogos han observado para realizar esos mismos instrumentos sobre esas pistas de piedra que nos ha dado el arte románico.

Mirad este vídeo.

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