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Esta semana anterior, comentábamos que el principal motor para el auge europeo por el mundo se encontraba en el desarrollo de la industria en el Viejo Continente y la necesidad de materias primas. Pero también, decía, que había una motivación demográfica. Tened en cuenta que una de las consecuencias de la Revolución Industrial (y causa también), había sido el desarrollo de la población, que había pasado de estar inserta en un modelo demográfico preindustrial caracterizado por altas tasas de natalidad y mortalidad a una transición demográfica que en algunos países ya estaba dando paso al modelo postindustrial (reducción de la mortalidad y moderación progresiva muy tímida de la natalidad). Por tanto, Europa tenía un excedente demográfico feroz, que en sus propias fronteras, no tenía posibilidad de prosperar. Lógicamente, esto precipitaba el hecho de que parte de esa población fuese absorbida por los imperios en las colonias.
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Del éxito de las empresas estratégicas de un país, dependía su prestigio en la escena internacional frente a otros países. No era lo mismo una Gran Bretaña o Francia inmersas en combates contra pueblos indómitos como los zulúes o bengalíes o que decidían la política exterior de otros países como el Imperio Otomano (construcción del ferrocarril de Bagdad), que otros como España o Portugal cuyos reducidos dominios imperiales eran fruto de concesiones de las grandes potencias, generalmente interesadas en "taponar" tierras de nadie que sólo podrían traer graves problemas. Ejemplo de esto último el papel de Bélgica y el Congo Belga, que aunque era un dominio del rey Leopoldo II, sirvió para evitar conflictos entre Alemania, Francia y Gran Bretaña.
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a) Cultural religiosa: la religión cristiana (y ojo a esto, incluimos a protestantes y católicos) tenía desde sus principios la evangelización o llevar la palabra de Dios a los paganos. Con la apertura al exterior, desde Europa se percibe esto como una nueva oportunidad de llevar la palabra de Dios a regiones recónditas del globo. Es la razón por la comienzan a fundarse numerosas misiones religiosas, con especial influencia en el caso de África.
b) Cultural económica: los avances técnicos y tecnológicos acaecidos en Europa hacen considerar al europeo que su civilización es superior a las del resto del mundo, anclados en economías preindustriales atrasadas. Por tanto, esa superioridad era concebida por los europeos como derechos a la conquista y explotación de las riquezas y los recursos de estas áreas.
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