La verdad es que cuando uno va a haciéndose mayor y va viendo pasar los cursos, no puede evitar sentir eso que se denomina "pesimismo pedagógico", un síndrome conocido en enseñanza como el hecho de que el profesor permanece mientras sus alumnos van cambiando y madurando.
Y al contrario de mi carácter, más bien pesimista, los acontecimientos me van dando razones para tener alegría. Ex-alumnos míos comienzan la Universidad y se enfrentan al mundo real, otros que dejaron los estudios y los retoman en la ESA, otros que se desarrollan en los ciclos formativos con altas miras de futuro... Da mucho orgullo.
Orgullo de ser profesor.
Hoy, una ex-alumna mia, muy encantadora (con la que yo tenía muchos tiras y aflojas políticos en clase), es la nueva presentadora de la Banda del Sur. Siempre me dijo que su vida era el espectáculo y parece que... lleva razón (no te lo creas mucho, María, si lees esto).
Otros alumnos aman las maquetas y están realizando series de cómics, como Pablo C.M, que tuvo la gentileza de caracterizar a uno de los personajes con mi rostro. Espero tus dibujos para ponerlos por aquí, Pablo.
En fin, cosas de que me voy haciendo mayor.
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