martes, 15 de septiembre de 2009

La Crisis del Antiguo Régimen.

En estos minutos previos al comienzo de curso, y cuando aún me queda una hora para recibir a mis nuevos alumnos de este año, tengo tiempo para escribir algo sobre un concepto que siempre se imparte a los alumn@s de 4º ESO. Suele ser un concepto algo complejo de entender, teniendo en cuenta que los chic@s son productos de su tiempo y por tanto, no pueden comprender las implicaciones sociales, económicas y culturales del Antiguo Régimen, muy alejadas de sus estructuras mentales del siglo XXI.

Partamos del concepto en sí mismo. El Antiguo Régimen (AR a partir de ahora) hace referencia a un conjunto de estructuras sociales, económicas, políticas y culturales que se desarrolló en la Europa Occidental aproximadamente, desde la consolidación de las monarquías feudales europeas hasta el siglo XIX. La razón por la que no considero que deba ponerse como fecha límite 1789 es sencilla, ya que las verdaderas conquistas que trajeron una auténtica transformación social no tuvieron razón de ser hasta bien entrado el siglo XVIII con las revoluciones burguesas de 1848. E incluso, apurando un poco, tampoco sería exacto, ya que en el caso de la Rusia Zarista, no será hasta 1917 con la Revolución Rusa cuando se destruya el montaje del AR.

La característica principal del AR es la diferencia por nacimiento. Como digo a mis alumn@s, "naces campesino, mueres campesino; naces noble, mueres noble". Y es que la cuestión del nacimiento no es algo sin importancia. Marcaba claramente la vida que ibas a llevar, ya que el tratamiento jurídico y la importancia social variaba según la cuna. Por ejemplo, a la hora de pagar por un delito, un campesino podía pagar con la vida el mismo delito que un noble que quizás debería dar una disculpa o bien, no ocurrirle nada en absoluto.

Una vez que hemos destacada el hecho diferencial del nacimiento, la otra gran características del AR es la sociedad estamental. ¿Qué es un Estamento?. Una buena definición sería que el Estamento es una forma de estratificación social con unos derechos y deberes diferentes al de otros estamentos y que tenía como rasgo principal el que para entrar en él había que nacer en el seno del mismo. Era harto complicada la promoción estamental, sobre todo a partir del siglo XVI-XVII, cuando los grupos se hicieron más herméticos (a diferencia de los tiempos medievales). De alguna manera, este texto de Odón de Alberón en la Edad Media os puede servir para haceros una idea de las funciones de cada uno de ellos.

“El orden eclesiástico no compone sino un solo cuerpo. En cambio la sociedad está dividida en tres ordenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo, que no se rigen por la misma ley.
Los nobles son los guerreros, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo mismo que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los siervos. Esta raza de desgraciados no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministrados a todos por ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos. Así pues, la ciudad de Dios, que es tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres ordenes viven juntos y no sufrirían una separación. Los servicios de cada uno de estos ordenes permiten los trabajos de los otros dos. Y cada uno a su vez presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha existido el mundo ha estado en paz”.



La idea que vertebra el Antiguo Régimen se parece mucho, salvando distancias, a las ideas platónicas sobre el funcionamiento ideal de una sociedad, dividiendo las tareas y creándose así niveles sociales en función de la tarea desempeñada.

¿Cómo era la economía del Antiguo Régimen? Una economía atrasada, en la que había que realizar un gran esfuerzo para conseguir muy poco rendimiento. Para que os hagáis una idea, cifras procedentes del siglo XI al norte de Francia indicaban que por cada semilla plantada, sólo se obtenían cuatro, de las cuales una iba para la próxima cosecha, otra para alimento propio, otra para pagar los impuestos y otra para almacenarla. Así que os podéis hacer una idea del rendimiento económico que tenía. Además, en el apartado tecnológico, gran parte del instrumental que se usaba era heredado... de tiempos de los romanos, como muestra el arado romano que aún se empleaba en gran parte de Europa. Desde un punto de vista de geografía económica, era un modelo económico de carácter preindustrial.

Sin embargo, quizás una de las cosas que más atrae la atención del alumnado era el hecho de que los pobres, los miembros del Tercer Estamento, debían hacer frente al pago de los impuestos, mientras que el Clero y la Nobleza estaban exentos de ello, lo que diferencia a los tres Estamentos en dos grupos:
a) Privilegiados: Nobleza y Clero. No pagaban impuestos, siendo una minoría que amasaba en sus manos la inmensa mayoría de las tierras europeas.
b) No privilegiados: Tercer Estamento (que incluía al campesinado, burguesía, artesanado...), que pagaba los impuestos siendo una mayoría carente de recursos propios.
Los impuestos del Antiguo Régimen eran innumerables, siendo un caos en el cual cada región tenía su propia moneda (en tiempos medievales) o sus propios impuestos. En el caso de la España del siglo XVI encontramos una miríada de impuestos: diezmo eclesiástico (una décima parte de la cosecha se pagaba a la Iglesia), la tercia real (un tercio del diezmo iba para los reyes), almojarifazgo (pago de aduanas), portazgo (pago por pasar por una puerta de la ciudad), montazgo (pago por el uso de los montes)... Como podéis comprobar, muchas veces los impuestos eran producto del capricho del señor o de los intereses reales.

Las personas tienden a confundir el Antiguo Régimen con el feudalismo y eso no es correcto, puesto que políticamente, el período que anteriormente dijimos que sería en el que se desarrolló el AR fue muy variado en cuanto formas de gobierno. En un comienzo las monarquías feudales representaba un poder real que no era más que el de un noble igual a otros que simplemente tenía derechos a ser rey, y cuyo poder descansaba en lazos con la nobleza, que no siempre estaba por la labor de apoyar al rey (si es que no pensaban en derrocarlo). En el caso español, los Reyes Católicos fueron los artífices del fortalecimiento de la monarquía, creando la Monarquía Autoritaria, en la que los reyes argumentan su poder de forma política sometiendo a la nobleza y controlando al clero. Dos ejemplos para ello. Los nobles que se levantaban contra el poder real eran vencidos y sus castillos eran desmochados, es decir, se les destruía la torre más alta para representar el poder de los monarcas. El segundo de los ejemplos, fue la prerrogativa de los Reyes Católicos para poder designar a los obispos que podrían ser nombrados por el Papa como cardenales. De esta forma, el Papa siempre elegía, por supuesto, pero de entre lo que le ofrecía la pareja real.

Sin embargo, quizás por el hecho de que durante su período fue cuando ocurrió la Revolución Francesa, la Monarquía Absoluta y su faceta más abierta como el Despotismo Ilustrado es característica del AR. ¿Por qué?. El Rey era vicario de Dios, según una interpretación de las epístolas de San Pablo, por lo que al desempeñar ese cargo, era representante de Dios en la Tierra y por tanto, no se le podía desobedecer, ya que hacerlo sería igual que desobedecer a Dios. Es el caso francés el más importante, con el rey Luis XIV como Rey Sol, que con su frase: El Estado Soy Yo, resumió bien a las claras lo que suponía: el control total de todos los poderes del Estado por parte del rey.

Me quedo sin tiempo, pero en el próximo artículo, profundizaremos en el Antiguo Régimen y su crisis que culmina en 1789 con el estallido de la Revolución Francesa, con el precedente americano años atrás con su Guerra de Independencia.

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