lunes, 9 de febrero de 2009

Comentario de una obra pictórica: "La Madonna del Prado" de Rafael.

IDENTIFICACIÓN.
La obra de arte que a continuación se presenta es la "Virgen con el Niño y San Juanito", de Rafael Sanzio (1483-1516), artista clave en la pintura renacentista del Cinquecento italiano (siglo XVI). Esta obra representa al Niño Jesús y su primo Juan, jugando tranquilamente mientras la Virgen María los contempla pacientemente.
Rafael Sanzio ha sido considerado tradicionalmente como el gran pintor del Renacimiento, por la enorme calidad del dibujo, sus composiciones equilibradas, su capacidad para la emoción desde un punto de vista clásico y su uso de la paleta de colores. De hecho, ha sido el modelo de pintor a seguir más laureado, especialmente durante el siglo XVIII, siendo considerado su estilo como el más académico y mejor para el estudio de las artes plásticas. Sin embargo, este artista también tendrá un gran peso en arquitectura, cuando se encargó de llevar a cabo la basílica de San Pedro a la muerte de Donato Bramante.

El período del Cinquecento es un período artístico que ha traído la madurez al estilo renacentista, de tal manera que los artistas renacentistas más destacados podemos encontrarlos en esta centuria (Bramante, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel...), estableciendo las bases para la posterioridad.

ANÁLISIS FORMAL.

La composición de este cuadro es claramente triangular. La cabeza de la Virgen María cierra el vértice superior del triángulo, mientras en los otros dos vértices, podemos encontrar a San Juanito en el izquierdo y el pie de la Virgen en el derecho. Sin embargo, debemos llamar la atención sobre cómo Rafael juega con el esquema piramidal clásico que se seguía en esta temática durante el Renacimiento. Por ejemplo, cómo las figuras interactúan entre sí, a través de las miradas y los gestos (por ejemplo, San Juanito sostiene la cruz que Jesús soporta con su mano derecha al mismo tiempo que ambos niños se miran de manera directa). De fondo, encontramos un típico paisaje de carácter renacentista, con abundancia de elementos naturales y un cielo azul, que se difumina conforme más se aleja de la escena principal (perspectiva aérea, que tomó de Leonardo da Vinci), realzándola. Es necesario destacar también el espíritu clásico que podemos observar en la Madonna, que contempla paciente la escena, con un espíritu realmnete conmovedor

La paleta de colores empleada por Rafael no es una cuestión sin importancia. En el caso del primer plano donde se encuentran las figuras, el artista ha empleado una gama cromática cálida, destacando el rojo del tocado de la Virgen con filigranas de oro, en contraste con el azul profundo de su falda, cuyo contraste llama la atención del espectador. Así mismo, sobre el fondo que proporciona la Virgen, los dos Niños de pieles blancas y cabellos rubios destacan con naturalidad. Debemos destacar sin duda la maestría de Rafael a la hora del tratamiento de las calidades en base al foco de luz, y las veladuras y degradados que aplica desde el presumible foco artificial que cae sobre las figuras a la izquierda del cuadro (esto se puede contemplar fácilmente en las carnes de los Niños). El fondo dispone de una gama cromática de carácter más frío y cristalino, de colores frescos, como el verde del prado que va dejando paso al azul de lontananza hasta que se funde con el cielo.

La pincelada es concreta y vigorosa, lo que realza las figuras y desarrolla aún más la calidad del dibujo, que es una de las características de Rafael. De nuevo, hagamos mención a la forma de tratar las calidades por medio del degradado, fijándonos en la mano derecha de la Virgen tras el cuerpo del Niño Jesús, que queda oscurecida de manera natural por el cuerpo del Mesías, sin ningún tipo de brusquedad. Este tipo de detalles son rasgos propios del estilo rafaelesco.

Recordemos que la luz en las obras pictóricas renacentistas es un tema muy interesante conjunto a la perspectiva. En el caso de la luz, conviene precisar que en el Renacimiento comienza a practicarse la técnica del foco artificial, es decir, la luz que está presente en el cuadro, en principio, no proviene de un punto real situado en alguna parte en el exterior del cuadro, sino que parece emerger de las propias figuras o de otro foco que no correspondería con otro real. En este caso, la luz procedería desde el fondo, pero si nos fijamos, en el primer plano, emerge desde el lado izquierdo de la tabla.

Los materiales empleados son tabla, imprimación y pigmentos de color.

ANÁLISIS DE SIGNIFICADO.

El Renacimiento se desarrolló, principalmente, a fines del siglo XV y durante el siglo XVI. Consistió en un redescubrimiento de Roma y Grecia como una época de luz y saber frente a la oscuridad medieval. El hombre se coloca gradualmente en el centro del Universo (antropocentrismo) aunque sin olvidar a Dios. Esta nueva época traerá consigo el desarrollo del pensamiento occidental, y será la base para otros movimientos intelectuales posteriores como la Ilustración (que inspirará a su vez un estilo artístico denominado Neoclásico que persigue los mismos principios que el Renacimiento). Todos los campos del saber contarán con grandes autores y pensadores. POdríamos citar algunos como Galileo Galilei, Giordano Bruno, Tycho Brahe, Petrarca Bocaccio.

Desde un punto de vista artístico, el Renacimiento tuvo su origen en Italia, en algunas ciudades desarrolladas donde la burguesía o poderes tales como el Papado tuvieron un importante papel como financiadores y protectores de artistas (mecenazgo). Ciudades como Florencia o Roma serán las capitales de las dos etapas en las que podemos analizar el Renacimiento artístico: Cuattrocentto (caracterizado por ser la etapa en la que sus artistas despegan desde los planteamientos goticistas hacia el nuevo arte, descollando autores como Brunelleschi, Donatello, Ghiberti, Botticelli..., siendo su capital Florencia) y Cincuecento (donde se alcanza una madurez artística que tendrá tal influencia que los artistas posteriores se limitarán a seguir los modelos marcados por artistas como Rafael, Da Vinci, Miguel Ángel, Bramante..., y cuya capital se encuentra en Roma). El Cuatrocentto se referiría al siglo XV nuestro y el Cincuecento al siglo XVI.

Rafael da Urbino (conocido por Sanzio o Santo por su carácter afable y por haber nacido y muerto en Viernes Santo), nació en 1483 un 6 de Abril. Se caracterizó por ser un artista completo, como ya se comentó anteriormente, capaz de asimilar las novedades que otros compañeros suyos iban descubriendo, en todo tipo de campo artístico o de pensamiento. Por ejemplo, de Leonardo Da Vinci asimiló en sus comienzos el sfumato y la perspectiva aérea, de Miguel Ángel el carácter y su dramatismo, de Il Perugino por la belleza y serenidad de sus Madonnas o de Bramante la capacidad de plasmar arquitecturas en sus cuadros. Destacó principalmente porque el Papa de ROma le encargó la decoración de las diferentes "stanze" vaticanas, en la que destacamos la de la Signatura donde se encuentra el mural de "La Escuela de Atenas". Otras obras importantes de Rafael serían "Los Desposorios de la Virgen", algunos "Autorretratos", "La Sagrada Familia Canigniani", "La Madona del Gran Duque"... Murió el 6 de Abril de 1520, siendo a su muerte especialmente venerado por la población de Roma. Con su pronto fallecimiento, Rafael entró a formar parte del círculo de los más grandes artistas de la Humanidad.

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