viernes, 4 de marzo de 2011

EL marxismo (II).

Cuando estudiaba en la Universidad, me resultaba curiosa la contradicción de muchos profesores universitarios, quienes, tras luchar contra los postulados ideológicos de las cátedras universitarias de fines de los 70, cubiertas por profesorado cercano al franquismo, habían llegado al magisterio universitario con un análisis de la Historia enfocado desde el marxismo. El problema es que habían pasado ya más de 30 años, y muchos de esos profesores, aún seguían atormentando a los alumnos con esa visión trasnochada y anticuada de la Historia, negando otras opciones y convirtiéndose en auténticos reaccionarios (como sus predecesores).

Lo cierto es que el marxismo arrastró un análisis del fenómeno histórico hasta cierto punto novedoso e interesante. La base de dicho análisis residía en el concepto del materialismo histórico. Veamos en qué consistía esto.

Hegel, filósofo alemán a caballo entre los siglos XIX y XX, había planteado una teoría filosófica que se centraba en la contradicción entre tesis y su antítesis que de su confrontación, daba como resultado una síntesis que de nuevo, posteriormente, se conformaría como tesis enfrentada a su antítesis, y así sucesivamente. Esto, conocido como dialéctica, dotó a Marx de un vehículo filosófico que pudo exportar al campo del estudio histórico.

La Historia para Marx no era más que una sucesión de disputas entre clases sociales antagonistas, que tras su confrontación, siempre generaban un nuevo punto de partida para otra etapa histórica que a su vez, llevaría de forma latente una contradicción histórica bajo la forma de lucha de clases. Sin embargo, esto que os comento no estaría completo si no aplicásemos lo anterior a la problemática de quién poseía los medios de producción. La producción de bienes sería la base material de las sociedades, que se desarrollan siempre que existan suficientes recursos para garantizar su supervivencia. Por tanto, quien controle los medios de producción controla la sociedad e instaura el modelo social a seguir. Así, para Marx, la Historia podría dividirse en tres grandes bloques:

a) Historia basada en un modelo de producción esclavista: El modelo romano sería una buena muestra de ello. El sistema económica se basaría en la explotación de una clase social (aristocracia romana) sobre una mano de obra esclava, lo que garantiza el modelo romano expansionista. Al no disponer de suficiente capital y con unos medios de producción previos al desarrollo de la industrialización, este sistema no era capaz de generar riqueza. El final de este modelo derivó de la confrontación de las élites romanas debido al cristianismo, que supuso una crisis de conciencia que tuvo como consecuencia la progresiva retirada del modelo esclavista.

b) Historia basada en un modelo de producción feudal: considerado como un estado intermedio entre el modelo esclavista y el capitalista, la fragmentación del territorio y del poder real, unido a una coyuntura económica que supuso la reducción del diámetro de mercado y los beneficios que traería la acumulación de capital, favoreció una economía de subsistencia de corto alcance territorial. El autoabastecimiento favoreció que los señores feudales controlasen los medios de producción, siendo poseedores de ellos, y en el caso de campesinos que explotasen las tierras, teniendo que dar parte de sus beneficios al señor del feudo. Con el avance del tiempo, las estructuras feudales se irán desintegrando favoreciendo un marco de relaciones más flexible que tras las Cruzadas, permitirá la progresiva acumulación de capital y de relaciones de negocio, que a fines del siglo XV traerán el primer capitalismo. Este capitalismo en estado embrionario irá de la mano con el progreso de un nuevo grupo social: la burguesía.

c) Historia basada en el modelo de producción capitalista: La Revolución Francesa será interpretada por la corriente marxista como el momento clave de la lucha entre la élite aristocrática nobiliaria y la nueva clase social pujante: la burguesía. De la victoria de la burguesía, el capitalismo se implantará gradualmente por toda Europa. No me extenderé demasiado en este aspecto, por lo que me limitaré a comentaros que la acumulación de beneficios por parte de la burguesía comercial e industrial posterior arrastrará la creación de grandes volúmenes de capital que favorecerá a la burguesía como clase dominante. El concepto de plusvalía en este caso es un aspecto importante, pues la diferencia entre el coste y el beneficio obtenidos de la producción de bienes será la clave del poder burgués. Todo este sistema se asentaría sobre una importante parte de la población (proletariado). Según Marx, hasta él, el proletariado no había sido consciente de que el control de los medios de producción no era patrimonio del burgués, sino del obrero que los empleaba. Por tanto, la mano de obra proletaria debía dejar su papel pasivo en la Historia, dejar de ser "lumpen proletariat" (proletarios sin conciencia de clase) y por ley histórica materialista, enfrentarse a la burguesía.

d) Del enfrentamiento anterior, surgiría una nueva etapa histórica que no se ha producido. Hasta ahora, la producción literaria y el aparato erudito de Marx se había asentado sobre datos y hechos, para más tarde, dar paso a conceptos poco definidos, borrosos y en algunos casos inconclusos por sobrevenirle la muerte. En principio, esta nueva fase podría denominarse "dictadura del proletariado", según la cual, la clase proletaria llegaría al poder, sería dueña de los medios de producción. En ese momento, el materialismo histórico que hemos visto anteriormente, según Marx, se frentaría. Sería el "fin de la Historia". No habría ningún tipo de confrontación social y se habría conseguido una sociedad ideal en la que cada uno recibiría en función de su trabajo desempeñado, algo que para algunos autores es lo que significa el concepto marxista de la "dictadura del proletariado". Evidentemente, como habréis podido observar, el análisis marxista queda en su parte final bastante desdibujado, confuso y vaporoso.

No hay comentarios:

Blog Archive