lunes, 13 de septiembre de 2010

La cultura de fines de la Guerra Fría: Los 80 (II).

La actitud del mundo de la música siempre ha sido ambivalente respecto de la política, independientemente de la época que sea. Los años 80 no fueron una excepción. En este sentido, podíamos ver a los músicos divididos en aquellos que al ser ídolos de masas se centraron en denunciar el mundo en el que se vivía ( caso, por ejemplo, de Sting y su campaña para evitar la desforestación del Amazonas ), y otros que se limitaron a vivir cómodamente en el papel de megaestrellas que le concedió el mundo capitalista (caso de Michael Jackson). En ocasiones, los grupos podían ser hasta emblemas de un cambio político, y una canción suya, ser un himno para las personas que acometían los cambios, como el caso de Scorpions y su Winds of Change, inspirados en la caída del muro de Berlín. De la misma manera, se podía observar un curioso fenómeno. Los grupos de música, que pertenecían a géneros musicales que por tradición estaban en contra del sistema, habían sido engullidos por éste y sus reivindicaciones eran poco más que slogans al igual que sus actitud poses carentes de significado. Esto pasó ya a fines de la década de los 70 con el movimiento punk, como ya vimos en un artículo anterior, cuando la mayor parte de los grandes grupos de este tipo de música acabaron firmando grandes contratos con las discográficas ( caso de los Sex Pistols, Los Ramones... ). A fines de la década, el capitalismo triunfante empieza a mostrar su cara más mediática de muchas maneras, y una de ellas, era la música.

Sin embargo, en la música de los años 80, existía una curiosa dicotomía. Actualmente, cuando existen series que aluden a aquellos tiempos, se recrea la imagen de unos jóvenes ochenteros despreocupados, basados en el hedonismo y en la frivolidad. Esto es cierto, pero en parte. En los años 80, el desarrollo de la informática, y la tecnología en general, había cambiado todo, desde el proceso de grabación de la música hasta los propios instrumentos musicales. Apareció, en el aspecto puramente musical, el sintetizador, que por medio de un teclado, era capaz de reproducir casi cualquier sonido rivalizando incluso con los sonidos naturales. Por otro lado, se aplicaron los primeros ordenadores en los estudios de grabación de una manera mayoritaria, abandonándose el antiguo sistema de grabación en directo. Todo dio una sensación de futurismo, de una música autocomplaciente que empezaba a juguetear con aquellas músicas sintéticas. Curiosamente, este empleo de música “ enlatada “, como se la acusaba, nos podría plantear el siguiente silogismo. Es decir, capitalismo igual desarrollo de la tecnología igual a nueva música. ¿ Se conoce algún grupo del otro lado del Telón de Acero ?. Quizás, podría ser debido a esa falta de desarrollo tecnológico del que adoleció la URSS en los últimos años de su existencia. Así que, el mundo capitalista ganaba por una mano al soviético, que quedó anclado en los desastres como Chernobyl y con una población joven sin acceso a la música moderna y todo el mundo que conllevaba.Como decíamos al principio, esa nueva música era autocomplaciente y hedonista, apareciendo una nueva forma de pop o “ música popular “, en la que se incluían la música AOR ( “ Adult Oriented Rock “, caso de Génesis ), un género amable para los mayores que solía ser el favorito de las grandes cadenas musicales, o el Rock Progresivo ( Pink Floyd ). Ahora bien, la juventud europea, sobre todo inglesa (que fue la vanguardia de la música de aquella época), no era así en gran parte.

La Segunda Crisis de los Misiles a fines de los años 70 supuso la reanudación de la Guerra Fría en el mismo centro de Europa. Esa tensión se notó, en una juventud ( nos referimos principalmente a la inglesa ), que se encontraba en una situación precaria de empleo, con el nuevo capitalismo feroz que implantó Margaret Thatcher bien presente en sus vidas. El pesimismo prendió cuando el movimiento punk, que parecía haber sido un torrente que acabaría con las grandes discográficas y haría temblar los pilares de la sociedad, quedó muerto sin ningún tipo de repercusión, engullido por la mismas empresas de las que renegaban. El lema "No hay futuro" dio paso al nihilismo después de mucho tiempo a Europa, y se generó lo que fue la “ new wave “ o “ cold wave “: una apuesta insolidaria y apocalíptica, de un mundo al borde siempre del desastre nuclear que representaría una Tercera Guerra Mundial. En general, a este movimiento juvenil se le conoció como el “ post punk “. Algunos de los grupos musicales de esta época se volcaron a una revisión romántica del tiempo en el que vivían ( “ los nuevos románticos “, como Spandau Ballet o Duran Duran ), el “ ska “ ( The Police, el antiguo grupo de Sting ), el “ gótico “ ( con su vestimenta de luto riguroso y con grupos como The Cure, Bauhaus, The Sisters of Mercy como representantes )... Todos, como una diferente respuesta a unos tiempos, que en sus primeros compases de la década, se mostraban intranquilizadores.

Leed este fragmento representativo de estos tiempos convulsos en la música:
“Bono despertó en la cama de Breznev. No puede recordar dónde está[...] Intenta organizar sus pensamientos. Está en la cama de Breznev, en Berlín Este, hospedado en la casa de un diplomático comunista por un módico alquiler, porque los diplomáticos comunistas huyeron del país. De hecho, el país se ha ido con ellos. Él podía haber ido a dormir en un estado satélite soviético, pero ha despertado en la Alemania unificada. ¡ La Guerra Fría ha terminado ! El Muro ha caído [...].
U2 llegaron a Berlín ayer, para buscar inspiración y celebrar el final del mundo en el que ellos crecieron. El Muro de Berlín fue levantado cuando los miembros de U2 habían nacido.[...] Bono dijo a the Edge, Adam Clayton y Larry Mullen que era un gran momento para lanzarse a ellos. Era el momento de ir a Berlín y comenzar a hacer música para el nuevo mundo. Llegaron en el último vuelo a Alemania del Este antes de que ésta desapareciera.[...] El piloto británico estaba tan emocionado con el momento histórico que anunció que sobrevolarían la Strasse des Juni donde los alemanes del Este se estaban reuniendo y cantando sobre el muro roto... “.

Y la hermosa Winds of Change. Scorpions fue una de las grandes bandas de heavy metal durante los años 80. Famosos por construir grandes baladas para todos los públicos, en 1990, publicaron un disco llamado “ Crazy World “. En este álbum, estaba una de las grandes canciones de la banda, y también, el himno del cambio en 1989. Según parece ser, después de un concierto en agosto de 1989 en Moscú, el líder del grupo, Klaus Meine, compuso “ Winds of Change “ o “ Vientos de Cambio “, contagiado por el ansia de paz y de acabar con la Guerra Fría. Esta canción fue el himno del fin de la Guerra Fría, de tal manera, que Mihael Gorbachov invitó a la banda alemana al Kremlin para tocar en la Plaza Roja. Scorpions fue el primer grupo occidental en tocar música al otro lado del Telón de Acero, en 1988, con diez shows en Leningrado adelantando un nuevo tiempo de entendimiento y paz.

Por el río de Moscú
Bajo al Parque Gorky
Escuchando vientos nuevos
Verano al atardecer
Soldados al pasar
Escuchando vientos nuevos

Se achica el mundo más
Quién iba a creer
Que fuéramos tú y yo hermanos,
El futuro ya se ve
Se puede hasta tocar
Soplando con los vientos nuevos.

Llévame a la magia del momento
De la gloria
Donde los niños del mañana soñarán
Los cambios que vendrán

Recuerdos del ayer
Siento al recorrer
Antiguas calles del pasado
Por el río de Moscú
Bajo al Parque Gorky
Escuchando vientos nuevos.

Llévame a la magia del momento
De la gloria
Donde los niños del mañana soñarán
Los cambios que vendrán.

Llévame a la magia del momento
De la gloria
Donde los sueños y los niños cambiarán
A la Humanidad.

El viento hará sonar la campana de la libertad
Ya no hay tiempo que perder
Hay que girar hacia la paz
Canta con tu balalaika ya
Lo que mi guitarra quiere gritar

Llévame a la magia del momento
De la gloria
Donde los niños del mañana soñarán
A la Humanidad.

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