martes, 13 de abril de 2010

La Querella de las Investiduras (I).

La Iglesia Católica, es en la actualidad, la única institución del mundo que posee cerca de dos mil años de vida. En un período de tiempo tan extenso, es lógico que haya habido momentos de gran poderío contrastados con épocas de crisis importantes, lo cual ha hecho que aún hoy día, cuando asistimos al estudio de la Iglesia Católica, se aborde desde un punto de vista ya preestablecido, en atención o bien a sus luces o bien a sus sombras. Desde esta página, intentaré en la medida de lo posible, rozar la objetividad, ya que este conjunto de artículos que voy a colgar en el blog van a estar fuertemente unidos con la historia de la Santa Sede en el Medioevo.

¿Qué es la Cristiandad?.
Es el conjunto de personas que poseen una misma religión (el cristianismo), que posee una lengua litúrgica común (el latín) y que deben obediencia al obispo de Roma (el Papa).
Esta definición se ajusta a la perfección a la Edad Media, pero a fines de ésta, irá modificándose en función de los acontecimientos. Es muy importante tener en cuenta esta definición, porque si nos fijamos, trata a los cristianos del mundo conocido, sin distinción de reinos entre ellos, y con obediencia, por encima de todo, al Papa.

Las Dos Espadas.
Antes de iniciar cualquier estudio de la Iglesia, es necesario detallar un principio legal que va a ser el que propicie muchos de los enfrentamientos que tendrá la Iglesia medieval en estos tiempos. ¿Quién tiene el poder, el Papa que representa el poder espiritual o el Emperador, que posee el poder temporal?

Habrá dos concepciones distintas:

Monismo teocrático: el sacerdocio está subordinado a la monarquía. Se basa en el principio de que Cristo es cabeza de la Iglesia, no tanto por ser Dios, sino por ser Rey. La Iglesia está sometida a Dios, por tanto, al Rey. Los reyes son representantes de Dios en la tierra, así pues, al emanar todo de Dios y en este caso del rey, cualquier institución del reino le pertenece, entrando dentro de la categoría de institución la misma Iglesia. Se percibe por tanto a los obispos como meros funcionarios reales.

Dualismo teocrático: según la Iglesia, existen dos principios claros, la potestas regalis (o el poder real) y la autorictas pontificalis (la autoridad pontificia), ambas encaminadas a coordinarse para gobernar el cuerpo de la Cristiandad. Desde la Iglesia, se percibe el regnum como la obligación del poder temporal de defender y difundir la Fe, mientras que el poder espiritual debe buscar la santificación y la reconciliación. Por ello, el poder temporal está supeditado a dotar de todos los bienes materiales necesarios para que el poder espiritual pueda cumplir con su tarea. Dentro de esta concepción, podríamos señalar que propició la aparición de una gran cantidad de imágenes y símbolos que lo representaban (el sol y la luna, el alma y el cuerpo… y las dos espadas).

En la Bula Una Sanctam de Bonifacio VIII, de 1302, podemos encontrar una buena definición del concepto papal de los dos poderes, las dos espadas: “ambas están, por consiguiente, en manos de la Iglesia, tanto la espiritual como la temporal. Pero ésta debe empuñarse a favor de la Iglesia, que a su vez, se encargará de la otra. La primera pertenece al sacerdote, la otra está en manos de los reyes y guerreros, pero a las órdenes del sacerdote y con su permiso”.

Las teorías que hemos expuesto evolucionarían con el pasar de los siglos. La espada espiritual o gladius spiritualis se divide en dos: el gladius espiritualiter espiritualiss (la espada espiritualmente espiritual) y el gladius espiritualiter materialis (la espada espiritualmente material). Por hacerlo más sencillo, dentro del poder espiritual existirían dos versiones: el poder espiritual material (encargado de imponer penitencias a los pecadores, intrigas de rebeledes, herejes, violadores…) y el espiritual puro (que gestionaría los problemas elevados de materia religiosa). Sin embargo, el problema vendría a través del poder espiritual material, ya que al no poseer suficiente autoridad como para imponer una pena, necesitaba de la espada del poder temporal (gladius temporalis). Esto, en cierta manera, si lo piensas, implicaba que el poder temporal estaba sometido al poder espiritual como un poder ejecutivo de las penas de carácter espiritual.

Es lógico pensar que estas teorías implicarían en la práctica numerosos conflictos políticos entre dos instituciones fundamentales en el Medioevo europeo, el Papa y el Emperador. Y es cierto. Abundarán los conflictos intelectuales entre partidarios de uno y otro, se acuñarán nuevos términos para definir a los seguidores de ambos bandos (guelfos y gibelinos), habrá combates militares en el norte de Italia debido a todo esto, aparte de espectáculos que incluían desde la excomunión y el interdicto que imponía el Papa al Emperador, o que el mismo Emperador amenazase con tomar Roma al Papa obligándole a exiliarse.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay varios errores que en mi opinión creo que son de bulto, pero como no creo en los blogs "teledirigidos" por moderadores que solo aceptan comentarios alabándolos entonces me los guardo y así puedes filtrar los comentarios que digan lo buen comunicador que eres.
Un saludo.
Rubén.

Antonio Miguel Martín Ponce. dijo...

Hola, Rubén.

En primer lugar, gracias por tu aportación. Como siempre indico en mis documentos, las críticas y correcciones son bien recibidas. Así que gustoso me gustaría que me indicases los errores, estudiarlos y enmendarlos si es necesario.

La filtración de comentarios es simplemente una forma de controlar comentarios spam o "teledirigidos" por robots.

Muchas gracias por tus indicaciones.

Recibe un saludo, Rubén.

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