martes, 6 de abril de 2010

La Guerra de los Cien Años (II).


La Guerra de los Cien Años se divide tradicionalmente en cuatro etapas.

a) 1337-1360: Queda sobre todo caracterizada por las grandes victorias inglesas. Eduardo III, habiéndose granjeado el apoyo de algunos territorios flamencos (Brabante, Zelanda) y el del emperador Luis de Baviera, desembarca en Francia. Su campaña será exitosa, siendo nombrado “Rey de Gante” y asediando Tournai. Los franceses apenas pueden contener el ímpetu inglés. A partir del establecimiento de una especie de parada técnica (tregua de Espelechin, 1340), los ingleses se dedicarán a intervenir en los conflictos feudales entre el rey francés y sus señores. Tendrá lugar la resonante victoria inglesa de Créçy, en 1346.
Esta batalla resultó en derrota para los franceses debido a la precipitación de éstos al perseguir a los ingleses sin ningún tipo de precaución. Desconocedor de que los ingleses estaban más cerca de lo que pensaba de sus tropas, y obligando a éstas a marchar sin descanso, el rey francés se encontró aislado con un ejército muy inferior al que tenía pensado para combatir a los ingleses en un principio. A pesar de que sus consejeros intentaron convencer al monarca francés Felipe VI de que era una locura, éste tomó la decisión de asaltar la posición inglesa en lo alto de unas colinas. Para ello, dispuso sobre la marcha una hilera de ballesteros genoveses, los más caros y mejores de su tiempo, para que abriesen fuego sobre los arqueros ingleses situados más arriba. Ése fue un gran error, ya que el ejército inglés se basaba en la gran superioridad de sus arqueros, los long-bow men. Éstos eran avezados tiradores armados con un arco de dos metros de altura, con el que eran capaces de disparar más rápidamente que las ballestas y con una mayor precisión. El rey francés sólo pudo observar cómo sus ballesteros genoveses iban cayendo ante las lluvias de flecha inglesas. Enfurecido, dio la orden a sus caballeros para asaltar la colina en una carga frontal, diciendo “Quien me ame, que me siga”. Los genoveses decidieron huir, mientras que la caballería francesa galopaba cuesta arriba mientras era acribillada por las infames flechas de sus enemigos. Según dicen las crónicas, el combate tuvo una duración larga, desde las 9 de la mañana hasta una hora antes del crepúsculo, con una masacre a favor de los ingleses bajo el liderazgo del Príncipe Negro Eduardo IV y su padre Eduardo III. Cuenta la historia que Eduardo III dijo en la batalla: “Dejad que el muchacho se gane las espuelas”, en referencia a su famosísimo hijo. También se dio la circunstancia de que el Rey Ciego de Bohemia murió en aquella batalla, y su lema nobiliario Ich Dien “Yo Sirvo” conjunto a las tres plumas de su escudo pasaron a formar parte del escudo personal del Príncipe Negro.
Crécy tendrá un gran peso en el subconsciente francés, y determinará muchas veces las acciones de éstos ante el temor a las armas inglesas.
Juan II el Bueno intentará reorganizar a Francia en todos los niveles, pero será tarea imposible. Una fuerte devaluación de la moneda en un 70%, junto a la desobediencia feudal y las epidemias incontrolables de peste serán las causas de que el rey francés se vea impotente. Más aún cuando en la batalla de Poitiers intente hacer frente a Eduardo III y sea vencido y hecho prisionero. Eso obligó a que su hijo, el hasta entonces delfín Carlos y ahora Carlos V convoque Estados Generales en 1359 para arreglar algo la situación y lograr de Inglaterra un tratado de paz, que a la postre, sería muy beneficioso para Francia. El 24 de Octubre de 1360, en la Paz de Bretigny, se logrará la liberación de Juan II el Bueno, que Eduardo III rehúse a sus derechos al trono francés y que, a cambio, Inglaterra amplíe sus territorios gascones.

b) 1360 – 1380: Marcada por la recuperación francesa. Carlos V de Francia con el apoyo del famosísimo en Castilla Bertran du Guesclin llevarán a cabo una serie de acciones que dejarán en mejor lugar a Francia de lo que estaba anteriormente. Por un lado, Du Guesclin se desplaza a Castilla, sumergida en plena Guerra Civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara. Con el asesinato de Pedro I en Montiel en 1360 a manos del ya Enrique II de Trastámara, Francia ganará un importantísimo aliado en Castilla. Por eso, la flota castellana participa en las acciones bélicas de Carlos V, quien denunció el tratado de Bretigny, logrando conquistar La Rochela en 1372.


c) 1380-1420: Todo lo conseguido en 1380 se irá al traste cuando Carlos VI sea declarado loco, y por tanto, se permita al irascible y emocionalmente inestable Enrique V de Inglaterra reclamar sus derechos en Francia. De nuevo, Francia caería en el error de subestimar la pericia del ejército inglés, que era muy reducido y poco equipado. Tras una serie de victorias importantes como el asedio en Harfleur, el día de San Crispín (25 de Octubre de 1415), Enrique V logrará otra resonante victoria contra los franceses casi tan épica como la de Crécy. En aquella batalla, de nuevo la táctica francesa de arrollar con su enorme caballería al mando del condestable de Francia D’Albret a los ingleses se vio abocada al desastre. En un terreno embarrado, los caballos tropezaban y caían mientras los caballeros por el peso de sus armaduras se ahogaban en el fango siendo presa fácil para sus enemigos. Cuentan las crónicas que apenas un centenar de ingleses murió en aquel día (la mayoría jóvenes que se quedaron en retaguardia), mientras que en el bando francés fue una auténtica tragedia. El resultado de todo esto a nivel político fue muy duro para Francia: Enrique V se casó con la hija de Carlos VI, Catalina, siendo así heredero al trono de Francia y controlando todo el territorio al norte del Loira.

d) 1420-1453: Quizás la etapa más conocida hoy día gracias al cine, debido a su protagonista Juana de Arco. Esta chica, nacida en 1412, desempeñó un gran papel a la hora de levantar el espíritu de sus compatriotas frente ingleses y borgoñones. Siendo adolescente, recibió exhortaciones de San Miguel, Santa Margarita y Santa Catalina para que reconquistase Orleáns. Según parece ser, es verdad que consiguió convencer a las autoridades militares de la región para tal objetivo. Se vistió de caballero (caso único y extraordinario en toda la historia medieval), y capitaneó a las tropas francesas que tomaron de nuevo Orleáns en 1429. Sin embargo, Carlos VII, coronado rey en la catedral de Reims en 1429 escoltado por la mismísima Juana, no apoyó como debía a la joven. En 1430, Juana de Arco cayó presa en una emboscada a manos borgoñonas. Los borgoñones la vendieron a los ingleses quienes instruyeron un tribunal para que fuese juzgada como hereje y bruja. La confabulación de testigos tanto franceses como ingleses supusieron que Juana fuese quemada viva en la hoguera el 30 de Mayo de 1431. Sin embargo, en 1456, una vez finalizada la Guerra de los 100 años, una comisión de expertos revisó el veredicto para ser más tarde canonizada.

No hay comentarios:

Blog Archive