Dejamos la historia en el momento en el que la ineficacia de los políticos españoles había servido en bandeja el poder a Napoleón tras el secuestro de la Familia Real y la serie de abdicaciones forzosas que Napoleón había arrancado de Carlos IV y Fernando VII entre sí. Con los derechos al trono asegurado por las abdicaciones de Bayona, Napoleón pronto cedió el trono de España a su hermano José Bonaparte, en un intento de sentar la presencia francesa napoleónica en España de manera oficial.
Sin embargo, las ideas de Napoleón sobre este aspecto no resultaron en el plano de los hechos tal y como habían sido pensadas. El pueblo español se levantará contra el invasor en Madrid en las jornadas del 2 y 3 de Mayo y a pesar de la terrible represión, el fuego de la insurrección prenderá en todos los lugares de la geografía del reino, creándose en esos inciertos momentos las Juntas Provinciales de Defensa, que consistían en una especie de autogobierno de las provincias españolas que tenían por objetivo coordinar la defensa y hacer frente a los franceses. Este síntoma, esta reacción por parte del pueblo español demostró claramente que los españoles eran reacios a aceptar a José Bonaparte, creándose una paridad en el poder:
a) Por un lado, José Napoleón y el Estatuto de Bayona, una carta otorgada por Napoleón al pueblo español, que a pesar de recoger las ideas principales de la revolución y de la Ilustración (supresión de señoríos feudales, abolición de la Inquisición, ciertos derechos económicos…), a nadie se le escapaba que no dejaba de ser un concesión del Emperador al pueblo español. Un Emperador extranjero que quería manejar los hilos de la política de nuestro país a través de su hermano, quien a pesar de intentar ser independiente, no pudo evitar aparecer como un pelele. De parte de José Napoleón, estaría un grupo de personalidades que deseosas de acabar con el Antiguo Régimen e implantar el liberalismo, no vieron inconvenientes en apoyar la causa napoleónica. Este grupo fue conocido como el de los afrancesados.
b) La Junta Suprema Central será la que organizará la resistencia española, coordinando a las Juntas Provinciales de Defensa. El vacío de poder con la estancia de la Familia Real en Bayona tenía que sr ocupado por este organismo, aunque se sustituirá posteriormente con el de un Consejo de Regencia tras 1809. Desde este poder, las Cortes se convocarán en diversos lugares conforme la invasión francesa progrese hasta llegar a Cádiz, lugar donde se promulgará la Constitución de 1812, que servirá como ley fundamental contraria a la del Estatuto de Bayona hasta que el rey, a su vuelta, la confirmase.
Antes de entrar a diferenciar etapas del conflicto, deberíamos reseñar unas características generales que nos puedan servir para enmarcar mejor este suceso histórico:
a) Fue un conflicto nacional que trascendió a lo internacional: Recordando lo escrito en el anterior artículo, Francia invadió España bajo el pretexto de castigar a Portugal por sus contactos comerciales con Gran Bretaña contraviniendo las prescripciones imperiales. España reaccionó ante la invasión y lo que en principio fue una guerra contra el invasor, se convertiría en una confrontación en la que Gran Bretaña, apoyando a los rebeldes españoles con el liderato de Lord Wellington, vería una buena oportunidad para desequilibrar el poderío francés.
b) El principal peso de las hostilidades recayó en los hombros del pueblo español, y no tanto de su ejército. Ya durante las jornadas del 2 y 3 de Mayo, el ejército español tenía prohibida cualquier acción bélica contra los aliados franceses, hasta que los héroes Velarde y Daóiz decidieron romper esa orden habida cuenta de lo que estaba ocurriendo en Madrid. El ejército español era incapaz de sostener un combate contra los franceses, puesto que la Grande Armée de Napoleón era totalmente superior. Sólo la habilidad del general Castaños, que salió al paso del ejército francés que se disponía a invadir Andalucía, permitió contar con un cuerpo de ejército compuesto de retales y apoyado por un gran número de milicianos que frenó a los galos en Bailén, en 1809. Tras ese inesperado fracaso, el Emperador decidió enviar a sus tropas veteranas a la península, y la posibilidad de una victoria frontal era nula. Por eso, el pueblo español, especialmente de áreas rurales, decidió enfrentarse en forma de guerra de guerrillas contra el invasor. Por otra parte, investigadores como mi amigo Pablo Mestre, de la Universidad de Sevilla, ha conseguido acceder a documentación que indica que fueron las clases más humildes quienes ofrecieron todo tipo de apoyo al ejército y a la lucha contra las tropas napoleónicas, poniendo incluso dinero y sus casas para ello. Mientras, las clases más poderosas, no se involucraban en forma de hechos claros e inequívocos con la guerra.
c) Al mismo tiempo, la Guerra de Independencia permitió el desarrollo del nacionalismo español. Por primera vez, todas las regiones de España reaccionan contra el invasor de una manera inequívoca, a pesar de pudiesen ser diferentes sus motivaciones. Me explico. Los absolutistas defenderían sus valores tradicionales frente a los revolucionarios de Napoleón, mientras que para parte de los liberales españoles, las formas de Napoleón distaban mucho de las ideas verdaderamente liberales. El caso es que ambas partes se involucraban en la defensa de la nación, aunque fuese desde ópticas diversas.
d) Es evidente que la Guerra de Independencia permitió la circunstancia de poder practicas nuevas formas políticas hasta entonces inéditas, como la promulgación de la Constitución de 1812, que a pesar de que sus efectos en la realidad fueron muy reducidos y limitados por cuestión de falta de tiempo, sirvió como referencia para todo el liberalismo español hasta nuestros días (dentro de poco celebraremos los 200 años de este hecho).
Próximamente, estudiaremos con más detenimiento el fenómeno de la Guerra de Indepenencia. Podéis visitar este link: Los Desastres la Guerra, de Goya.
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