Parecía ayer cuando comenzamos el curso y ya ha terminado.
Ha sido un curso muy intenso, tanto para vosotros y vosotras como para mi, en el que hemos tenido que estudiar y trabajar duro para lograr lo que hemos conseguido al final. En la gran mayoría de los casos, habéis titulado con éxito, y los que aún no, estoy convencido que en Septiembre lo conseguiréis.
Ayer fue una noche muy bonita que creo que tendré en mi recuerdo para siempre. Estar con vosotros en una cena agradable, en un sitio muy elegante como el hotel Los Nogales y en tan buena compañía son suficientes ingredientes para transformar una cita como esta en algo más allá, más inolvidable.
Es especialmente emocionante para un profesor ver cómo sus alumnos y alumnas prosperan paso a paso. Sin embargo, este año es especial para mi. Ya sabéis que por edad somos próximos y que hace dos años comencé mi docencia. Comencé en el curso 06-07 y allí di clases a mis primeros 4ºESO, hoy ya antiguos 2º Bachilleratos y dentro de unos meses universitarios, alumnos de ciclos superiores... pero lo más importante, personas.
Ser profesor es ser orilla de muchos ríos. Los ríos sois vosotros, yo permanezco aquí. Y para mi es tan emocionante como algo digno de orgullo ver vuestro éxito. Recuerdo especialmente a mis queridos alumnos de Sevilla, algunos amigos míos ahora, que están logrando la misma meta.
Debo agradeceros a todos vuestro diploma al profesor "Mil y una historias". Me emociona pensar en ese título, puesto que precisamente, dediqué mis años más jóvenes a conseguir esa meta. Vivir de la Historia.
Debo ser agradecido especialmente a mis alumnos y alumnas del curso de 2º Bachillerato de Historia del Arte. Éramos un grupo reducido y las clases han sido realmente encantadoras. Podría aprovechar para pedir a la Administración educativa que apueste por los grupos reducidos, pero es una utopía. El caso es que mis "niños de Arte" han sido, aparte de todo, un gran apoyo para mi en algunos días difíciles, gracias a su "arte" (una expresión muy sevillana, por cierto). Es muy emocionante pensar que hace un año no sabía nada de Pozo Alcón, y que partía hace unos 8 meses de mi tierra a unos 400 kms a un lugar desconocido. Creo que con vuestra placa de ayer, tuve el mejor premio a esa experiencia que he tenido, en ocasiones, muy difícil de sobrellevar.
Muchas, muchas gracias a todos. Desde lo más profundo. Y no dejéis de visitar Clases de Historia, que es nuestro lugar de encuentro.
Con mucho cariño: Antonio Miguel Martín Ponce.
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