lunes, 26 de enero de 2009

La Pintura del Quattrocento: Andrea Mantegna (1431-1506)

La pintura de Andrea Mantegna le aleja de sus otros compañeros de estilo pictórico reacentista. Mientras que Fra Angélico aún posee fuertes influencias de la pintura bajomedieval gótica, El Perugino la belleza pálida de sus doncellas, el diseño de Ucello, la sensualidad y belleza de Botticelli o los trabajos precisos de Piero Della Francesca, Mantegna opta por un estilo propio marcado por la dureza en sus obras: formas duras, cuerpos escultóricos, situaciones extremas, escorzos violentos, colorido frío sin matices, fondos con abundancia de rocas y minerales y escasez de vegetación...

Mantenga trabajó en Padua en la Iglesia de los Eremitani, realizando escenas al fresco de vidas de los santos Cristóbal y Jacobo que fueron destruidas durante la II Guerra Mundial por un bombardeo aéreo. Sólo se conservaron algunas escenas que tuvieron que ser trasladadas a lugares más seguros, recogiéndose los trozos que se pudieron recoger e integrándolos. En estas obras, Mantegna recogía elementos de Donatello y su "San Jorge", reelaborándolos ya que tenían que ser puestas en un punto de vista diferente, en una de las paredes laterales de la capilla por encima del nivel de los espectadores. Por esa razón, Mantegna dotó a la obra de una profunda perspectiva, integrando pintura con arquitecturas ficticias.

Esa capacidad de Mantegna para recrear espacios visuales sobre una superficie plana se puede apreciar de nuevo en la Camera degli Sposi del Palacio Ducal de Mantua. Las dos paredes de la cámara dan protagonismo a dos cortinas ilusorias, en las que dos aparecen desplegadas mientras que otras dos dan paso a escenas donde ser puede ver al Duque y su corte. Además, el conjunto tiene detalles realmente geniales. Por ejemplo, en la estancia existía una chimenea que podría haber impedido que la ejecución de la obra hubiese sido perfecta, pero disponiendo a ambos lados escalones, Mantegna logró mantener ese ambiente ilusionista que caracterizó la obra. Por otra parte, habría que destacar su "Oculo della Volta" en este mismo conjunto, que dota al techo de la Camera Degli Sposi de una profundidad hacia el cielo. Hay autores que opinan que la Camera Degli Sposi de Mantegna cumple una función propia de los tapices con los que era habitual revestir las paredes de las estancias, pero obviamente con novedades como las que hemos destacado, aportaba una nueva dimensión artística a la técnica del fresco.

Dos obras son las más reconocibles para la mayor parte del público. La primera, "San Sebastián martirizado". De colores con tonalidades frías y duras, observamos el carácter escultórico de un San Sebastián muy influido por Donatello, en la forma de representar las calidades del cuerpo. Sin embargo, añade un dramatismo que lo aleja de cánones clásicos, sobre todo reflejado en el rostros y los venablos que atraviesan la carne del santo. Es muy interesante que os fijéis en la importancia que tienen esas flechas, pues a diferencia de algo clásico, ese dolor y laceramiento que observamos hace del santo una persona que siente y padece, cuya sangre se derrama por la piel y cae hasta el suelo donde hay salpicaduras. Por otra parte, es interesante observar cómo el artista sigue trabajando la paisajística propia del Renacimiento, pero con colores fríos y abundancia de arquitecturas. Atención especial merece el detalle del soporte donde San Sebastián está siendo martirizado: encontramos una columna de orden corintio que soporta el arranque de un arco de medio punto destruido. El conjunto refleja precisamente frialdad por las tonalidades cromáticas elegidas.

En cuanto a la segunda, es "Cristo Yacente". Uno de los aspectos característicos del Quattrocentto en general es precisamente que es una fase artística de experimentación que dotará al Cinquecentto de una base donde desarrollar madurez. En este caso, Mantegna trabaja la perspectiva y el escorzo en la figura de un Cristo muerto que yace sobre un lecho mientras es llorado a la izquierda por su madre la Virgen. Sin embargo, podemos apreciar que ese escorzo (os recomiendo que visiteis www.aprendersociales.blogspot.com de mi compañero y profesor Juan Diego y os descarguéis su Diccionario Visual de Términos Artísticos), no es un escorzo depurado. Es necesario para apreciar la figura de Cristo como es un cierto alejamiento, porque de lo contrario, si nos fijamos atentamente, podemos observar elementos en la composición del cuerpo de Cristo que pueden resultar chocantes. Aún así, más tarde, Mantegna habrá servido para que otros artistas perfeccionen el escorzo hasta Miguel Ángel, que será el gran maestro de esa técnica pictórica.

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