viernes, 26 de diciembre de 2008

Renacimiento (II). Philippo Brunelleschi (1377-1446)

Podría ser considerado como el primer gran representante de la Arquitectura del Quattroncento italiano, como uno de los grandes innovadores de la arquitectura universal, que arrancando desde los principios clásicos y los conocimientos tardomedievales, desarrolló un nuevo lenguaje artístico totalmente personal. Establecerá patrones que serán después seguidos por artistas de la talla de Miguel Ángel. Estoy hablando de Philippo Brunelleschi, pintor, escultor y arquitecto.

Este artista florentino será especialmente conocido por el diseño de la catedral de Santa Maria Dei Fiori (Santa María de las Flores), que a su vez, será reconocida por su inconfundible cúpula. La cúpula de Santa Maria de las Flores es una apuesta arriesgada, diferente a todo lo anterior en el arte gótico que daba ya sus últimos coletazos. Influenciado por el arte bizantino y la forma de emplear las cúpulas como remate de las techumbres de sus edificios, Brunelleschi arriesgó levantando una de éstas en esta iglesia, siendo algo muy innovador y llamativo. Sin embargo, a diferencia del los artes bizantino o romano, que usaban las cúpulas mediante gruesos muros sustentantes, Brunelleschi consiguió dotar de gracilidad al conjunto, aunque aún se pueden denotar algunos detalles medievales, como la forma poligonal del tambor que soporta la cúpula. Podría recordar este edificio claramente a la cúpula del Panteón de Agripa o a Santa Sofía, aunque como ya dijimos, el Renacimiento, la conciencia artística del Renacimiento, es aportar novedades al arte clásico.

Por otra parte, Brunelleschi, para este proyecto que le llevó dieciséis años (1420-1436), diseñó nuevas máquinas y creó un ingenioso sistema en la cúpula que permitió que ésta se mantuviese firme a pesar de sus dimensiones, grandes para lo hecho hasta la época y más aún si tenemos en cuenta a la altura respecto del suelo a la que se encuentra suspendida. Esta solución se basó en dotar al cimborrio de una doble cúpular. Una interior fajada en madera de roble, que soporta un menor peso debido a que la cúpular exterior, que es la que podemos observar, al tener forma curva, distribuye mejor las fuerzas, llevándolas al tambor octogonal (que en un principio, había planteado muchos problemas a Brunelleschi). De esta manera, podríamos considerar que Brunelleschi venció la tendencia medieval gótica de rematar con cubiertas ojivales, iniciando una nueva época para la arquitectura.

Otra de las grandes obras de Brunelleschi será la Basílica de San Lorenzo. Ahí podemos observar uno de los elementos característicos de este artista: la aplicación del estudio de las ruinas romanas en Roma para lograr sintetizarla en un módulo de proporciones, armonía y equilibrio que va a trasladar a sus obras (como la que he citado anteriormente). El sistema de proporciones se basa en el cuadrado, que permite poder distribuir equitativamente todos los elementos arquitectónicos, dotando al conjunto de esos principios que vertebrarán todo el arte renacentista de ahora en adelante. En la Iglesia de San Lorenzo, la perspectiva lineal será la nota predominante, que permitirá el estudio de este principio artístico a los demás artistas de siglos posteriores.

En la Capilla Pazzi, Brunelleschi fundamenta aún más su estilo. En base a ritmos clásicos y volúmenes rectangulares y cuadrados, sobre una planta cuadrada, levanta una cúpula. En el pórtico, levanta un porche porticado, en el que destaca un arco de medio punto mayor, que de nuevo, recuerda al Panteón de Agripa y por otro lado, a los arcos del Triunfo romanos. También podremos observar en el Palazzo Pitti la tendencia a las formas poligonales del artista, empleando sillares almohadillados que dan cohesión y solidez al edificio.

El 16 de Abril de 1446, Philippo Brunelleschi pasaría a mejor vida con 69 años. Según dice Il Vasari "más estimado de muerto que de vivo", las exequias fueron celebradas bajo el púlpito enfrente de la puerta de Santa María de las Flores, con gran duelo del pueblo florentino. Un discípulo suyo, "Il Buggiano", realizó un retrato de su maestro en la puerta derecha según se entra en el edificio, y allí varias inscripciones recuerdan al artista de la siguiente manera:

Dios Santo, el arquitecto celebérrimo Filippo en el arte de Dédalo se ve en la bóveda de este templo y en las muchas cosas inventadas por su divino ingenio y dotes singulares para un buen recuerdo su patria en agradecimiento hace inhumar su cuerpo aquí el 17 de Abril del 1446

Filippo Brunellesqui restaurador de la antigua arquitectura, el senado y el pueblo Florentino mandan colocar este epitafio al ciudadano benemérito

No hay comentarios:

Blog Archive