martes, 11 de enero de 2011

La Conservación del Papiro.


El papiro es un soporte escriturario que nos ha permitido conocer hoy día aspectos claves del pensamiento, la sociedad, la economía y la cultura de épocas remotas para nosotros. Sin embargo, el que esto haya sido así se debe principalmente a que a lo largo del tiempo, bien por casualidad o causalidad, los seres humanos han desarrollado técnicas de conservación variadas que nos han proporcionado esto que os digo.

Antiguamente, en Egipto, el papiro se conservaba dentro de recipientes de madera y arcilla, ya que los insectos (uno de sus grandes enemigos junto a la humedad) se alimentaban de sus fibras. Era habitual impregnar los rollos de papiro de aceite de cedro, ya fuese de la resina o la goma del cedro, que les daban buen olor y le concedían una tonalidad amarillenta. Los papiros que más se han conservado son aquellos que se encontraron en el Alto y Medio Egipto, donde la sequedad y el tratamiento de cedro permitían mantenerlos a salvo.

Un papiro, aproximadamente y en condiciones óptimas, puede llegar a conservarse hasta 5000 años, como es el caso de un ejemplar custodiado en el Museo de El Cairo. Sin embargo, eso no quiere decir que los papiros sobreviviesen al paso del tiempo incólumes. Es habitual hallar casos de papiros que han llegado hasta nuestros tiempos pero con huecos y manchas variadas.

El papiro está compuesto principalmente por celulosa y lignito, en un 27% y 57% respectivamente, siendo otros de sus componentes un 9% de minerales varios y un 7% de agua. El elemento acuático se halla presente en la constitución del papiro como consecuencia del empleo de otros agentes; el lignito aporta rigidez y el tacto de madera y la celulosa es el componente básico para poder escribir sobre él. Debido a que los componentes del papiro se degradan con el tiempo, es normal que se amarillee y pierda sus cualidades. Este proceso de envejecimiento, en zonas de Egipto se ve retardado por mano de la Naturaleza y la casualidad. La presencia de calcio y sales de magnesio en el suelo egipcio, junto a sus condiciones climáticas, permitía retardar dicho envejecimiento. Generalmente, los papiros se conservaban mejor en las tumbas, al estar cerradas y porque su grado de uso en estos lugares era nulo (lo que ayudaba a su conservación).

Los principales peligros, aparte de los sobredichos, unos cuantos más:


a) Daño físico: abrasión, fracturas, pérdidas, bordes rotos... debido a la rigidez del papiro.

b) Decoloración: el empleo de sustancias bituminosas o adhesivos a los papiros en la época que se realizaron pueden contribuir a pérdidas irreparables.

c) Suciedad y depósitos de ésta.

d) Sales: las sales solubles como el natrón se cuelan en el papiro y cristalizan dentro de la estructura de éste, creando rupturas en la superficie.

e) Delaminación: al estar conformado por láminas, la pérdida de aglutinante y pegamento conlleva una desintegración laminar gradual.

f) Hongos y otros: en el caso de que hubiesen afectado ya al papiro, la zona afectada debe ser rápidamente limpiada y puesta en un lugar aséptico.

g) Uso de tintas y colores: Sobre todo en el caso de los colores, algunos pigmentos se han revelado fatales para el papiro, sobre todo, una variedad de verde pigmento que al secarse se tornaba marrón o negro, cuyo componente principal era acetato básico de cobre o verdín.

No hay comentarios:

Blog Archive