lunes, 20 de septiembre de 2010

Consejos para oposiciones (II): claridad.

Un procedimiento selectivo para la función pública, en la mayoría de sus casos, es un proceso administrativo por el cual se escogerá a las personas que cumplan los requisitos exigidos por la ley para el desempeño de esa función concreta y que sean a juicio de un tribunal, las más idóneas para dicho encargo. Y como es de suponer, al ser convocatoria pública, y con el desarrollo educativo que ha tenido nuestro país en las últimas décadas, huelga decir que miles de personas concurrirán al mismo con el objetivo de lograr una de las plazas del puesto al que se haya convocado la oposición.

Entre tanto marasmo, y en el caso que nos ocupa, la docencia (aunque también extensible a todos aquellos/as que os presentéis o tengáis pensado presentaros a una oposición) creo que un consejo que no puede faltar es tan sencillo tan sencillo, que quizás por eso, por darse sobreentendido, no se le presta debida atención. Me refiero a la claridad. Es fundamental que ya sea en un texto escrito o una exposición oral, tanto a la hora de expresaros como de exponer físicamente cualquier parte de la oposición, seáis claros.

¿Qué debemos entender por claros? Aquí van unas pautas para que me entendáis:
- Claridad de principios: ¿qué quiero hacer? ¿dónde quiero llegar? ¿de dónde parto? ¿cómo lo estructuraré? Esta tarea previa resuelve dudas previas como azucarillos en agua, pues nos previene de perder tiempo sobre la marcha para construir nuestra texto/exposición.
- Claridad de desarrollo: frente a mi, un grupo de personas que me examinan, por lo que debería hacerles más fácil mi disertación, fácil en cuanto a seguimiento, desarrollo. Si mi montura tiene difícil el ascenso conmigo a cuestas, he de procurar no añadir pesos a las alforjas, y desgraciadamente, hay personas que cuando se examinan, no tienen esto en cuenta. Sobre la marcha se le ocurren nuevas ideas, o procuran ser originales a destiempo. En este sentido, cuando ya estéis en plena batalla intelectual, ceñiros bien a un plan claro y determinado.
- Claridad de finalidad: el objetivo que me marqué se aproxima. ¿Cómo puedo señalar este aspecto que indica continuidad de lo que quiero expresar? ¿Y si no me da tiempo, cómo intento subsanar lo que estoy desarrollando de tal manera que el tribunal no se percate de este problema?. ¿Cuáles son mis conclusiones más decisivas?.

Sinceramente, cuanto más fácil hagáis la vida al tribunal en cuanto a su corrección, y también, cuanto más fácil os hagáis la vida a vosotros mismos durante el trance de la oposición, mejor.

¿Cuáles son los principales problemas que se derivan de la falta de claridad? Os pongo una muestra.
- No se entiende la idea global de lo que se quiere expresar.
- No se puede distinguir la idea principal de otras secundarias o aparecen tan desfasados sus límites que se confunden entre sí (confundiendo al examinador).
- Pequeñas confusiones.
- Grandes confusiones, que generalmente, acarrean pérdidas de puntos graves debido al tamaño de la equivocación.
- No hay un principio ni un final, y generalmente, no se enlaza el principio con hechos previos ni el final con datos ulteriores.

Espero os haya servido de ayuda.

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