jueves, 25 de marzo de 2010

La cultura de entreguerras.


Tras los desastres de la guerra, la mentalidad europea, su cultura y sus imaginarios colectivos de todas las sociedades que la componían, habían sufrido un fuerte impacto que había de dar novedades muy importantes de las que aún hoy, nosotros somos herederos.

Ya durante el transcurso de la guerra, asistimos a la aparición de los primeros movimientos pacifistas y consecuciones en el ámbito de igualdad entre hombres y mujeres. Previamente al conflicto, los jóvenes de todos los países europeos asistían emocionados y ansiosos a las cajas de reclutamiento para defender el orgullo nacional de las agresiones extranjeras. El heroísmo y la salvación de la patria aumentaron las tropas de los ejércitos, los cuales, cuando la contienda se encontraba en su punto más álgido, tuvieron que bregar con la falta de efectivos cuando las noticias de carnicerías y matanzas hicieron que ese ímpetu juvenil inicial desapareciese, recurriéndose a las reclutaciones forzosas. El pacifismo comenzará a desatarse en todas las sociedades europeas como una forma de protesta frente a los mandos militares. En este sentido, os recomiendo el libro Tormenta de Acero, de Ernst Junger, que presenta en su obra con perfección todo lo que os acabo de relatar. Por otra parte, en el seno de las familias de aquella época, las mujeres comenzaron a trabajar fuera de los hogares, por la falta de hombres que destinados en el frente, no podían desempeñar sus trabajos en las fábricas (especialmente, las de armamento). Esto será el primer peldaño que el sufragismo femenino conseguirá escalar y que servirá para una cierta (y muy incipiente) emancipación femenina.

Con el desarrollo de los medios de comunicación, durante la década de los 20, asistiremos a la creación de las sociedades de masas, fenómeno que será estudiado por muchos intelectuales de la época, como el español Ortega y Gasset. El individuo y el poder de éste comienza a desvanecerse cuando desde el poder, a través del control de la información que se ofrece a través del cine y la prensa, se favorece las mentalidades colectivas y el uso de las emociones de la masa social. Por otra parte, la guerra conllevó el progreso tecnológico que permitió contar con tecnología más barata y accesible que hará posible que gradualmente, a los hogares, comiencen a llegar aparatos electrodomésticos, como radios, que serán fundamentales en las familias.

En el ámbito artístico, los Ismos de comienzos de siglo, algunos de los cuales ya barruntaban la posibilidad de un conflicto armado a gran escala, como fue la I Guerra Mundial, recibieron un impacto decisivo. En algunos casos, dotándolos de novedades y virajes o directamente, eliminando grupos de artistas o estliso nuevos. A modo de ejemplo, varios casos. El primero, el del Der Blue Reiter expresionista alemán, al que pertenecía el artista de origen ruso Kandinsky. O, en segundo lugar, el Futurismo italiano de Marinetti (del que escribiré el próximo artículo), que quedó disgregado al término de la guerra por las diferencias doctrinales entre sus miembros y el acercamiento de Marinetti a Mussolini con sus elogios a la guerra como forma de belleza sublime. Además, algunos artistas futuristas, como Boccioni o Antonio Sant'elia, murieron en las trincheras. El cubismo por su parte, también sufrió escisiones en su seno, mientras que en medio de tanta guerra y muerte, apareció el Dadaísmo liderado por Tristain Tzara desde Zurich, como reacción violenta frente a la guerra reclamando el nihilismo y la sinrrazón ante la I Guerra Mundial.

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