lunes, 15 de febrero de 2010

La Primera Guerra Mundial: causas (I).

Retomando el ejemplo del juego de la silla, imaginaos por un momento que encontramos a dos jugadores enemigos entre sí sentados en dos sillas muy próximas entre sí, de tal manera, que se dan con el codo el uno al otro. La competición es encarnizada. Apenas quedan ya sillas y todos los demás jugadores han logrado su sitio, así que no hay posibilidades de cambiar de lugar. Conforme van quedando menos sillas, la situación empeora y estos dos contrincantes de nuevo coinciden y se golpean con los brazos. Hay malas miradas, alguna que otra palabra malsonante y un malestar que irá en aumento conforme avance el juego.

Más o menos, eso es lo que ocurrió en gran medida como principal causa de la Primera Guerra Mundial. La expansión imperialista protagonizada por las potencias industriales europeas trajo consigo un reparto del mundo que inexorablemente, empujaba a sus protagonistas, enfrentados algunos entre sí por conflictos pasados (por ejemplo, Francia y Alemania), a reproducir sus desencuentros en las fronteras de sus colonias, especialmente en África. Para ilustraros de cómo era la tensión, os expongo un texto referido a la Conferencia de Algeciras, de 1906.

Un caso muy ilustrativo de las relaciones internacionales durante el Imperialismo fue la Crisis Marroquí. Francia y España se habían repartido sus posesiones en el norte de África. La inclusión de España en estos asuntos territoriales en África se debió a que podía servir a la perfección de Estado tapón, es decir, de país cuyos dominios estarían en medio de los de Alemania y Francia.
El momento de mayor tensión ocurrió cuando en el año 1905, cuando un acorazado alemán obstruyó un puerto francés en el norte de África. Alemania se negaba a que Marruecos pudiese quedar como un protectorado de Francia en el norte del continente africano, por lo que aquel gesto junto a la declaración del káiser Guillermo II de que Alemania ayudaría al sultán de Marruecos a ser un Estado independiente añadieron una gravedad extra al asunto. Incluso Gran Bretaña, que había permanecido al margen en principio de todos los asuntos norteafricanos, promovió junto a España una reunión en Algeciras en el año 1906. Al final, el Acta de la reunión permitió a Alemania evitar que Francia lograse su sueño de establecer un protectorado, pues las conclusiones de dicha acta indicaban que sería Francia junto a España quienes organizarían la policía marroquí en los puertos mientras un inspector general suizo dirigiría el de Tánger.


Dicho en otras palabras, en el norte de África podría haber estado el inicio de la I Guerra Mundial, unos ocho años antes de que ésta comenzara oficialmente. Por tanto, ya hemos analizado la primera causa que empujó al conflicto bélico que vamos a estudiar en los próximos días.

Simultáneamente, existen numerosas causas que os describo a continuación. Pero antes, me gustaría aclararos una cosa. Si un vaso lleno de agua rebosa con la última gota... ¿es responsable esa gota del derrame o el cúmulo de agua previo en el vaso que hizo posible que la última gota causase dicho derramamiento? Tradicionalmente, se ha explicado el inicio de la I Guerra Mundial como un hecho causado por un magnicidio o asesinato de un personaje político relevante, como fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria a manos de Vasilj Princeps, lo cual es simplista. La realidad es mucho más compleja, y el asesinato del heredero a la corona austriaca fue sólo la espoleta que detonó la bomba.

a) Sistemas de alianzas secretos: Tras proclamar la Nación Alemana en el Palacio de los Espejos de Versalles en 1871, Otto Von Bismarck fue consciente de que Francia intentaría vengarse de su vecina en el futuro. Por ello, ideó un complicado sistema de alianzas conocidos como Sistemas Bismarckianos (que estudiaremos en otro artículo), que se basaba en el secreto, por el cual, ninguna potencia europea sabía exactamente qué apoyos diplomáticos tenía su rival. La degradación de los Sistemas Bismarckianos conducirá a la creación de dos alianzas enemigas secretas. Por un lado, la Triple Entente, conformada por Reino Unido, Francia y el Imperio Ruso, y por otro, los Imperios Centrales (Imperio Alemán, Imperio Austro Húngaro e Imperio Otomano).

b) El Revanchismo francés: Francia tras su abrumadora derrota a manos de los prusianos a fines del siglo XIX, desarrolló un programa armamentístico muy fuerte que llevó a que el resto de países vecinos hiciesen lo propio. Estadísticamente, el potencial bélico de Reino Unido, Francia y Alemania fue creciecendo exponencialmente conforme se acercaba la fecha de inicio de la I Guerra Mundial.

c) El Avispero de los Balcanes: Los Balcanes son una cadena montañosa que surca la costa mediterránea norte central desde el este de los Alpes hasta aproximadamente la península del Peloponeso. Era ésta una región (y aún es) de mezcla cultural y racial en la que confluían numerosos intereses de las diversas potencias europeas. Los serbios, de sangre eslava, eran respaldados por el Imperio Ruso, con quienes compartían etnia. Al mismo tiempo, el Imperio Austro Húngaro ansiaba expandirse hacia el sur, tomando Bosnia Herzegovina y pretendiendo la anexión de Serbia. Así mismo, el Imperio Otomano también tenía algo que decir, debido a que en los últimos cuatrocientos años, aquellas tierras habían estado bajo su control. Como podréis imaginar, era una zona en la que la intervención política o militar era complicada en extremo, y que podía degenerar en un desastre bélico que involucrase a países como Alemania, Austria Hungria, Rusia, Francia o Gran Bretaña. Precisamente, eso fue lo que ocurrió.

Una Guerra que llevaría la muerte a nueve millones de personas...

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