jueves, 4 de junio de 2009

EL Regeneracionismo y Crisis de 1917.


El Regeneracionismo.
La Restauración como sistema político fue, poco a poco, cayendo en un gran desprestigio. No tanto por la actitud de sus políticos, realmente el problema del sistema fue que adormeció la actividad política debido a la creencia que solamente en España una parte de la oligarquía se encontraba preparada para guiar a un pueblo inculto demasiado pasivo. Por eso, se hizo necesaria una actividad de regeneración, que tuvo grandes impactos en múltiples campos, tanto político (Joaquín Costa), literario (Baroja, Valle Inclán) o filosófico (Unamuno). Los tres principales ejes de trabajo del regeneracionismo se basarían en:
1.Renovar el sistema desde dentro (regeneracionismo de poder): Desde Silvela (1899) hasta Canalejas (1912).
2.Infiltración en el mismo sistema para cambiarlo: aparición del maurismo y del partido reformista (tercera vía) que se quebró en 1917.
3.Derribarlo e imponer un nuevo sistema: implantación de la Dictadura de Primo de Rivera (1923) o II República (1931).
Se parte de un principio: hay que europeizar España. Europa es lo moderno, lo avanzado y el progreso. Por tanto, hay que echar “triple candado” a la tumba del Cid y caminar hacia lo nuevo. Sin embargo, muchos pensadores buscaron la manera de casar dos concepciones distintas de España en una sola: “Yo quisiera una España muy antigua y moderna a la vez” (Pío Baroja).

La Crisis de 1917.
Al disponer de neutralidad durante la I Guerra Mundial, España pudo comerciar con ambos bandos, y gracias a esto, inesperadamente, la crisis que suponía la Gran Guerra a nivel europeo supuso a priori un boom económico. Se calcula que en España entraron durante aquellos momentos unos 5000 millones de pesetas-oro, se crearon unas 12,484 empresas entre 1919 y 1920… pero aquellos ingresos no se invirtieron en mejoras económicas como modernizar el campo, el utillaje, los sistemas de cultivo (quizás debido a su carencia previa de medios para poder lograrlo). Esa bonanza económica hizo que los precios de los productos aumentaran considerablemente, mientras que el alza de los salarios fue sensiblemente inferior (una brutal inflación).
Luego, la crisis militar fue muy importante. El Ejército Español, aparte de anquilosado y atrasado tecnológicamente, tuvo macrocefalia en sus mandos (es decir, una gran cantidad de oficiales inútiles en comparación con el número de soldados). Además, muchos militares veían mal el sistema de ascenso dentro del escalafón, ya que era muy arbitrario y dependía mucho del destino. Por ejemplo, los africanistas eran aquellos que destinados en África subían más rápidamente que el resto independientemente de su hoja de servicios. Así fue que aparecieron las Juntas Militares de Defensa, del coronel Márquez, sevillano, que en un principio criticaron el sistema existente desde un punto de vista laboral, a un punto de vista político ( desaparición del caciquismo, renovación de clases dirigentes…).
La crisis política. Aprovechando la situación de debilidad del sistema, Cambó promovió la creación en Cataluña de una especie de Asamblea de Parlamentarios. Intentó contar con el apoyo de la derecha (Maura, que no accedió) y de los militares (Junta de Defensa), logrando sólo el apoyo de Pablo Iglesias y los socialistas. Sin embargo, la Asamblea no prosperó debido a que el componente obrero de la Asamblea pensó que sería el momento de hacer una revuelta que no prosperó ya que asustó a los empresarios burgueses como Cambó (19 de Julio de 1917).
Ante todo esto, Largo Caballero, segundo al mando de Pablo Iglesias, decidió promover una Huelga General Revolucionaria que acabó en fracaso en 1917, pero que dejó tocado de muerte al sistema regeneracionista.

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